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Usando los medios sociales para llevar el evangelio.
Durante la historia de la iglesia, ésta se ha visto beneficiada de los medios de comunicaci´n para anunciar a Cristo, animar y edificar. Notamos ejemplos de esto en el nuevo testamento, como lo son las cartas de Pablo a las congregaciones e individuos, siendo esta forma de comunicación una herramienta práctica y común en los tiempos de Pablo. Al avanzar el tiempo, la iglesia siguió con el manejo de herramientas para anunciar las buenas nuevas. Vemos esto con el Dr. Martin Lutero, el cual aprovechó un invento de su época para hacer llegar sus escritos a otros con el propósito de hacer frente a los abusos de la iglesia, y para edificar a otros. No cabe duda que a lo largo de los años diversos medios han surgido, y la iglesia los ha usado para llegar a otros con las buenas nuevas de salvación en Cristo Jesús.
Hoy vivimos en una era donde la comunicación es más fácil y eficiente que hace un siglo. Contamos con tantas herramientas que nos pueden ser de utilidad en esta bendita labor que el Señor nos asignó, de ir y hacer discípulos. Cada uno de nosotros tenemos o hemos tenido un Smart-Phone. Es increíble la cantidad de herramientas que podemos tener en ellos, y que pueden ayudar a llegar a otros con el evangelio, o bien para edificarnos unos a otros.
Una herramienta muy común de comunicación hoy en día es el uso de WhatsApp en Latino América. Esta herramienta es muy conocida por muchos. En ella se pueden compartir mensajes individuales o crear grupos. Un ejemplo del compartir mensajes es lo que hacemos en la iglesia a la que sirvo. Cada mañana copio y pego la devoción de Cristo Palabra de Vida.com, y la comparto con mis contactos. En unos minutos puedo compartir el mensaje de la Palabra de Dios con 70 personas, las cuales comparten con otros. Hay un caso en la iglesia de una familia que tiene familia en Estados Unidos, y ellos comparten la devoción que envío a ellos, al igual que otros archivos, como lo son libros de oraciones o meditaciones.
Otra herramienta muy popular es Facebook. La iglesia nacional tiene su página en esta aplicación. El administrador de esta página comparte la misma meditación que envío, y gente la lee, pero no solo es gente de nuestra iglesia, sino gente a la cual le sugiere Facebook dar un vistazo a nuestra publicación. Esto ha generado algunos contactos, que preguntan: ¿Dónde hay una iglesia de ustedes cerca de mí? Y esto ha conllevado a algunos contactos que llegan a la página, y que buscan una iglesia que enseñe las verdades de la Biblia.
Estas son herramientas útiles, y fáciles de usar al alcance de cualquiera. En nuestras iglesias tenemos jóvenes que pueden participar de ellos. Por ejemplo, ellos podrían usar alguna de estas aplicaciones y compartir su fe con otros; incluso podrían llegar a tener un grupo de su iglesia en el cual compartan las lecturas del día, o bien el sermón del domingo a aquellos que están confinados en sus hogares.
Un ejemplo de cómo funcionan los grupos de WhatsApp en usar a otros para compartir es el grupo de Luteranos Confesionales. En el estamos en contacto pastores y laicos compartiendo meditaciones, y artículos de fe, los cuales edifican, y de lo que se pueden compartir con nuestros contactos.
A veces la distancia puede ser un impedimento o pretexto para no hacer nuestra labor, edificar el cuerpo de Cristo, pero hoy tenemos herramientas que nos ayudan y facilitan esta labor.
Desde nuestro Smart-phone podemos estar en contacto con los hermanos que están a distancia, y ayudar a compartir las buenas nuevas de salvación, a nuestros familiares que están a distancia y nuestros amigos. Un ejemplo de esto es la comunicación que tengo con un hombre en la República Dominicana. Estamos en puntos distantes, pero usando las herramientas de comunicación como lo son WhatsApp, podemos compartir la Palabra de Dios, y platicar sobre algunos puntos que causan confusión o que son difíciles de entender, buscando guía en la Palabra de Dios.
El compartir meditaciones, oraciones y material de apoyo es muy fácil a través de estas herramientas, pero algo que no se debe de descuidar al usar de ellas es la constancia. Si se quiere que nuestros receptores mantengan el interés, es bueno estar constantemente compartiendo y animando.
Cada congregación puede formar grupos de apoyo espiritual, los cuales se encargan del proveer la Palabra de Dios a sus contactos o interesados, esto con el apoyo de los líderes y jóvenes de la misma, los cuales conocen más sobre las herramientas que ofrece la tecnología hoy en día y por ende les hará más fácil el participar en ellos. Esto también tiene el propósito de involucrar a nuestros jóvenes en la labor que Cristo nos da de ir y hacer discípulos. Cada uno de los jóvenes puede dedicar una pequeña fracción de su tiempo para esto, siempre teniendo en cuenta el propósito por el cual lo hace, esto es dar gloria a Dios. Menciono esto porque puede ser una tentación el perder de vista el propósito del uso de estos medios, y llegar a verlos como una fute de pláticas fuera del propósito principal. Es bueno que un adulto los superviense, para guiarles en cuestiones doctrinales por dudas que puedan surgir de aquellos con los que están compartiendo. También esto servirá para mantener el buen orden. El encargado puede ser un miembro maduro de la congregación, el cual tal vez no conozca tanto de la tecnología usada, pero si tendrá la experiencia de un cristiano de años.
No cabe duda que Dios ha bendecido con herramientas grandes, en las cuales se puede compartir el Evangelio, haciéndolo como ya lo mencioné antes a través de WhatsApp, o bien, simplemente compartiendo un versículo bíblico o meditación desde sus muros de Facebook.
Sabemos de la necesidad que hay de que la gente conozca a su Salvador. Tenemos las herramientas, ahora pongamos las manos a la obra movidos por el amor que Dios nos ha tenido, y viendo a aquellos que alcanzamos como alguien por quien Cristo también murió.
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